Skip to main content

El impacto de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes

Las redes sociales tienen buenas intenciones: conectarlo con gente de todo el mundo, mostrarle contenidos que le interesan y ofrecerle entretenimiento sin fin. Pero también hay consecuencias negativas. La investigación ha demostrado que los adultos jóvenes que utilizan las redes sociales tienen tres veces más probabilidades de sufrir depresión, lo que pone a una gran parte de la población en riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas. 

En Estados Unidos, las tasas de suicidio han disminuido ligeramente desde 2019, pero sigue siendo una grave preocupación entre nuestra generación más joven. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el número de suicidios en mujeres de 15 a 24 años aumentó un 87 por ciento en los últimos 20 años. Y entre los varones de 15 a 24 años, el número de suicidios aumentó un 30 por ciento en ese mismo período de tiempo. 

Casi todos los adolescentes tienen una cuenta en al menos una red social. Utilizan las redes sociales para comunicarse con sus amigos, compartir experiencias y hablar al mundo de sí mismos. Sin embargo, sin darse cuenta, están gestionando una adicción.  

Jessica Holzbauer, trabajadora social clínica licenciada en el Instituto Huntsman de Salud Mental, explica cómo nuestros teléfonos inteligentes son, por diseño, adictivos. "Obtenemos una liberación de dopamina en el cerebro cuando levantamos el teléfono o nos conectamos a las redes sociales", afirma. El uso de aplicaciones sociales induce al cerebro a pensar que se está recompensando a sí mismo cada vez que coge el dispositivo". 

Impactos negativos de las redes sociales

¿Es cierto que el uso de aplicaciones sociales puede afectar negativamente a su salud mental?  

"En resumen, sí, las redes sociales pueden tener consecuencias negativas para nuestra salud mental", afirma Holzbauer. "La generación más joven ha crecido con las redes sociales y la posibilidad de ver cualquier cosa, en cualquier momento y en cualquier lugar. Nuestra capacidad para tolerar la angustia de la espera se ha erosionado porque podemos buscar en Google la respuesta a casi cualquier pregunta. Ya no tenemos que esperar para saber quién era el actor que interpretaba a Ron Burgundy en Anchorman o dónde encontrar la biblioteca más cercana".  

En muchos sentidos, las redes sociales han eliminado las barreras entre el usuario y el público, con implicaciones de gran alcance. "Podemos actuar por impulso y publicar algo en las redes sociales que puede reflejar un sentimiento o un pensamiento en el momento, pero que puede no ser cierto para nosotros un día después", afirma Holzbauer. "Cuando nuestro yo más sensato vuelve a la carga, podemos sentir vergüenza o arrepentimiento por haber publicado algo impulsivamente".  

También sabemos que los contenidos pueden ser filtrados, editados y manipulados antes de ser publicados, lo que puede llevar a que estándares inalcanzables sean difundidos a todo el mundo para que cualquiera pueda verlos. Los usuarios están obsesionados con la gratificación instantánea y, en algunos casos, basan su valía o su imagen en las imágenes que ven y en la cantidad de "me gusta" que reciben en su publicación.  

"La información que publican los adolescentes es un factor, otro es la información que reciben", afirma Holzbauer. "Las redes sociales les dan acceso a imágenes, personas e ideas a las que de otro modo no podrían acceder. Esto puede ser muy positivo, pero sabemos que también puede tener consecuencias negativas."  

Según un estudio reciente de Facebook, Instagram tiene efectos nocivos entre una parte de sus millones de usuarios jóvenes, en particular las adolescentes. Los resultados indican que Instagram empeora los problemas de imagen corporal de una de cada tres adolescentes. Y entre los adolescentes que declararon tener pensamientos suicidas, el 6% en EE.UU. los atribuyó a Instagram. 

Señales de advertencia de que su hijo tiene problemas

Esto no quiere decir que mantener a los adolescentes alejados de las redes sociales evitará que tengan pensamientos suicidas. Se trata más bien de un llamado a los padres para que estén atentos a lo que hacen sus hijos en Internet y a cualquier cambio en su comportamiento.  

"Si su hijo está empezando a centrar demasiada atención en las redes sociales a expensas de las interacciones de la vida real, los padres deben preocuparse", dice Holzbauer. "Como mínimo, esto debería desencadenar una conversación sobre los comportamientos para asegurarse de que no hay problemas más serios en marcha como acoso escolar, ansiedad u otros problemas".   

Los padres también deben buscar comportamientos no necesariamente relacionados con las redes sociales que puedan indicar un problema. Si un adolescente actúa de forma diferente, parece desinteresado por la vida o dice que no quiere vivir, hay que tomar medidas. Puede ser una conversación difícil, pero podría salvarles la vida.  

Los padres no son los únicos que deben estar alertos. Los amigos también deben estar atentos cuando parece que alguien tiene problemas. Incluso pueden tener más información sobre la situación porque comparten experiencias en las redes sociales y ven contenidos similares. Una cosa que todos los adolescentes deben saber es que si un amigo parece estar considerando el suicidio, no deben considerarlo como algo "dramático" o que busca atención. Asegúrese de contárselo a alguien si observa un comportamiento preocupante en Internet y conoce los recursos disponibles.  

Consejos para un uso saludable de las redes sociales

Todos sabemos cómo funciona el algoritmo: cuanto más mira el móvil, más contenido atractivo se le enviará para que no aparte la vista. Es difícil romper el hábito de mirar TikTok o Instagram y actualizar constantemente para ver más, pero es importante dedicar tiempo a nuestra salud mental y física. Los padres pueden dar buen ejemplo con su propio comportamiento virtual. Estos son algunos consejos para padres y adolescentes

988, la línea nacional de ayuda en caso de crisis y suicidio, está disponible en cualquier momento y lugar. Simplemente llame, chatee o envíe un mensaje de texto al 9-8-8 para obtener una respuesta inmediata de un profesional de salud mental autorizado. En Utah, los estudiantes también tienen acceso a la aplicación SafeUT, donde pueden chatear confidencialmente o enviar un aviso sobre sí mismos o sobre un amigo.