Independientemente de la edad de su hijo, perforarle las orejas es una decisión personal. Lo más importante es asegurarse de que se hace en un entorno seguro y limpio.
En varias culturas, la perforación de las orejas se hace a los pocos días o meses de edad. Por ejemplo, en España y Latinoamérica, es costumbre perforar las orejas de las niñas a los pocos días de nacer. En estas culturas, se cree que es más doloroso para la niña si se espera a que sea mayor.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) afirma que hay poco riesgo a cualquier edad si el piercing se realiza con cuidado y se cuida a conciencia. Pero la AAP recomienda esperar hasta que el niño sea lo bastante mayor como para cuidar su propio piercing.
"Es un procedimiento bastante seguro, siempre que se realice en un entorno seguro", afirma la doctora Alanna Brickley, pediatra de University of Utah Health. Aunque la normativa puede variar de un país a otro, Brickley aconseja a los padres que esperen a que su hijo haya recibido al menos una vacuna antitetánica.
Brickley comparte estos consejos con sus pacientes:
1. Visite un negocio de confianza.
Por lo general, los negocios especializadas en piercings deben cumplir las normas y reglamentos estatales. Esto significa que el negocio debe tener una buena práctica en la esterilización de su equipo y seguir los procedimientos de limpieza posteriores. Para asegurarse, consulte con el negocio si el equipo está limpio y si se sienten cómodos realizando el procedimiento en un niño. Es mejor evitar los establecimientos que utilizan pistolas de piercing, ya que no se pueden esterilizar adecuadamente.
2. Limpiar a fondo.
Los cuidados posteriores son igual de importantes para evitar infecciones. Empiece por lavarse las manos antes de tocar el piercing. Limpie la zona con agua y jabón dos veces al día durante unas dos semanas. La Academia Americana de Dermatología recomienda aplicar una capa fina de vaselina en los piercings nuevos con un tubo exprimible. El arete no debe quitarse hasta cumplir entre cuatro a seis semanas.
3. Vigilar las infecciones y las reacciones adversas.
El enrojecimiento y la irritación iniciales son normales después de un piercing. Llame al médico si su hijo tiene fiebre o el lóbulo de la oreja se pone muy rojo e hinchado.
Los padres también deben ser conscientes de las posibles infecciones o reacciones adversas a las joyas. Cuando elija un arete para su hijo, utilice aretes muy pequeños, redondos y lo más planos posible. Nunca utilice pendientes colgantes, ya que podrían engancharse y desgarrar el lóbulo de la oreja.