Un accidente isquémico transitorio (AIT), a menudo denominado mini-accidente cerebrovascular, se produce cuando un coágulo de sangre o un estrechamiento de los vasos sanguíneos causan una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro. Los AIT duran sólo unos minutos y, a diferencia de los accidentes cerebrovasculares completos, no suelen causar daños cerebrales permanentes ni tener efectos a largo plazo.
Sin embargo, si ha sufrido un AIT, es muy importante que se tome en serio la recuperación y haga cambios en su estilo de vida para prevenir otro derrame cerebral en el futuro. Considere su AIT como una advertencia, porque aproximadamente 1 de cada 3 personas que sufren un AIT acabará sufriendo otro accidente cerebrovascular.
El reconocimiento precoz es crucial
Dado que los síntomas de un accidente cerebrovascular pueden desaparecer en pocos minutos, puede resultar difícil saber si se está sufriendo uno. Si presenta alguno de los siguientes síntomas, que suelen desaparecer en menos de una hora, acuda inmediatamente a un médico de urgencias para prevenir un derrame cerebral:
- Parálisis repentina, debilidad, caída o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
- Cambios de visión en uno o ambos ojos
- Mareos
- Pérdida de equilibrio o coordinación
- Dificultad para hablar
- Incapacidad para hablar o comprender el habla
"Es extremadamente importante identificar los síntomas de un AIT porque se considera una señal de advertencia de un accidente cerebrovascular isquémico inminente, con el mayor riesgo de un accidente cerebrovascular en los próximos días después de un AIT", dice la doctora Verónica Moreno-Gómez, especialista en neurología de University of Utah Health. "La evaluación médica oportuna para identificar su causa y abordar los factores de riesgo subyacentes son esenciales para prevenir futuros accidentes cerebrovasculares y la discapacidad potencial."
Los factores de riesgo pueden aumentar las probabilidades de sufrir un AIT. Saber si tiene alguno de los siguientes factores de riesgo y controlarlos adecuadamente puede ayudarle a reducir el riesgo de sufrir un derrame cerebral:
- Hipertensión arterial
- Colesterol alto
- Diabetes
- Cardiopatías
- Fibrilación auricular
- Fumar cigarrillos
- Obesidad e inactividad física
"Algunos pacientes pueden experimentar una progresión de sus factores de riesgo o una nueva aparición de otros problemas médicos que, si se detectan y tratan a tiempo, reducen el riesgo de sufrir más AIT o infartos", afirma Moreno-Gómez.
Recuperación y prevención
Aunque la recuperación de un AIT puede no ser tan intensa como la de un accidente cerebrovascular completo, sigue siendo importante escuchar al médico y tomarse en serio la recuperación. El objetivo del tratamiento de un AIT es prevenir otro derrame cerebral potencialmente mayor.
"La monitorización continua y los cuidados de seguimiento son cruciales para el tratamiento del AIT y la prevención del accidente cerebrovascular", afirma Moreno-Gómez. "Las citas de seguimiento permiten a los médicos evaluar la adherencia y eficacia de la medicación y proporcionar educación, asesoramiento y recursos comunitarios al paciente".
Así que si cree que ha sufrido o está sufriendo un AIT, busque tratamiento médico inmediatamente y prepárese para introducir cambios en su estilo de vida que le ayuden a evitar otro episodio en el futuro.