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Navegando los riesgos del cáncer heredado

Juana Cobián, a la izquiera, y navegador de pacientes Guadalupe Tovar
Juana Cobián, a la izquiera, y navegador de pacientes Guadalupe Tovar

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Compartimos muchos rasgos con los miembros de nuestras familias—desde el color de los ojos hasta la habilidad de enrollar la lengua, desde la altura hasta el tamaño de los zapatos. Por supuesto, algunos factores son menos visibles y ocasionan mayores consecuencias, como los genes que aumentan el riesgo de ciertos cánceres.

Luego de que a su hermana se le diagnosticara cáncer de mama, Juana Cobián y su hermano decidieron hacerse pruebas genéticas. Las pruebas genéticas ofrecen una forma de que muchas personas puedan entender su riesgo de desarrollar cáncer.

Originalmente de México y hablando inglés como su segundo idioma, Juana contactó a las navegadoras de pacientes hispanohablantes en Huntsman Cancer Institute (HCI).

"Los resultados de mi hermano fueron negativos, pero los míos fueron positivos," dice Juana por haber descubierto que tenía el gen cancerígeno BRCA1. "A partir de ese entonces, me recomendaron que me hiciera una mamografía cada seis meses para estar en control."

Solo unos meses después de su prueba genética, Juana, de 36 años de edad, descubrió una pequeña masa en su seno. "Vine aquí con las navegadoras de pacientes. Me hice una biopsia y la misma mostró que tenía cáncer," dice. "Ellas estuvieron a mi lado. Me abrazaron, me sostuvieron. Levantaron mi autoestima y a veces incluso las considero mis terapeutas," dice Juana sobre su relación con las navegadoras de pacientes.

Navegadores de pacientes de HCI. De izquiera a derecha: Anna Martinez y Guadalupe Tovar (No fotografiada: Liliana Mulato)
Navegadores de pacientes de HCI. De izquiera a derecha: Anna Martinez y Guadalupe Tovar (No fotografiada: Liliana Mulato)

"Nunca me imaginé que tendría cáncer. Sabía lo que era la enfermedad, pero nunca imaginé que estuviera en mi familia. Tenia miedo de morir y dejar a mis hijas," expresa Juana.

Con la ayuda de las navegadoras de pacientes y la oportunidad que Juana tuvo de hacerse pruebas genéticas, ella descubrió su cáncer en una etapa temprana. Ahora, ella comparte la importancia de las pruebas genéticas y la detección proactiva del cáncer cuando se tiene un mayor riesgo.

"Le he explicado a mi hija mayor que debe hacerse pruebas genéticas cuando cumpla 18 años. Será importante que mis hijas aprendan a cuidarse, sepan qué tratamientos buscar y las precauciones que deben tomar."

Sobre las pruebas genéticas, Juana dice, "No significa que tendrás cáncer algún día. No tienes que temer o vivir con miedo. La prueba solo te dice qué acciones debes tomar para cuidarte. Si todo se descubre a tiempo, puedes salvar tu vida."

Obtener más información: huntsmancancer.org/fcac.