Las clases han terminado, la temperatura se dispara y llega la temporada de la piscina. Por desgracia, esta actividad popular es la principal causa de muerte en niños de 1 a 4 años.
La mejor línea de defensa contra el ahogamiento es siempre vigilar al niño, dice el doctor José Morales Moreno, pediatra y profesor adjunto de la División de Pediatría General de University of Utah Health. Al vigilar a los niños pequeños, aconseja utilizar la "supervisión por contacto", manteniéndolos a una distancia prudencial.
"El consejo más importante, con diferencia, es no dejar nunca a los niños solos en la piscina o cerca de ella", afirma Morales Moreno. "La supervisión estrecha es imprescindible en todo momento. Si es posible, los cuidadores deben estar capacitados para administrar RCP en casos de emergencia."
Que empiecen jóvenes
Otra medida de seguridad clave es enseñar a nadar a su hijo lo antes posible. Morales Moreno afirma que muchos niños pueden estar preparados para empezar a aprender a nadar cuando empiezan a caminar.
"La Academia Americana de Pediatría recomienda las clases de natación como protección contra el ahogamiento a partir del primer año de edad", afirma Morales Moreno. "Cuando cumplen 4 años, la inmensa mayoría de los niños están preparados para recibir clases de natación". Si su hijo no sabe nadar a esta edad, ¡no espere!".
Deshágase de las distracciones
Los ahogamientos se producen de forma rápida y silenciosa, por eso es tan importante eliminar todas las distracciones mientras supervisa a su hijo en la piscina. Mientras esté cuidándolo, guarde el teléfono, deje de leer en la playa, evite las drogas y el alcohol y disfrute viviendo el momento con su joven nadador.
"La supervisión constante requiere mucha concentración", dice Morales Moreno. "Por eso es mejor asignar este trabajo a un vigilante del agua e intercambiar esta responsabilidad para que ninguna persona se canse".
Enséñeles las normas básicas
Antes de ponerse el traje, asegúrese de enseñar a su hijo o adolescente las siguientes normas básicas para evitar ahogamientos, resbalones y caídas, traumatismos craneoencefálicos, melanomas y muchos otros peligros graves.
- No jugar cerca de desagües o tapas
- No corra ni juegue bruscamente
- Nunca nade sin supervisión
- No se tire de cabeza
- Diga no al alcohol y las drogas
- Llevar siempre protección solar
- Siga bebiendo agua
Abróchese el cinturón de seguridad
Aunque puedan dar la ilusión de seguridad, las alas de agua y los flotadores (fideos, balsas hinchables, tubos, etc.) son juguetes de piscina. Pueden estallar, salir flotando, atrapar al niño bajo el agua e incluso dificultar la confianza en la natación. Cuando compre ropa de seguridad, busque un chaleco salvavidas homologado por la Guardia Costera de EE.UU. que le quede bien. Recuerde también que las ayudas para nadar -y los socorristas- no sustituyen la supervisión de un adulto.
Medidas de seguridad para su piscina
Una piscina en el patio trasero hace que el verano sea mucho más divertido, pero puede entrañar graves peligros si no se toman las medidas de seguridad adecuadas. Aquí compartimos algunos pasos fundamentales para mantener a los pequeños fuera de peligro.
- Cerque la piscina con una valla de 1,2 m o más.
- Instale alarmas en la puerta de la piscina y en las puertas de la casa
- Instale una alarma de detección de olas en la piscina
- Preste atención a las puertas para mascotas
- Tenga cerca el equipo de rescate
- Mantenga los juguetes guardados y fuera del agua
No sea un aguafiestas
Los pañales de natación son esenciales para los más pequeños, pero tienen fugas y no deben sustituir al cambio frecuente de pañales. Mantenga la piscina segura para todos revisando los pañales o haciendo una pausa para ir al baño cada hora. Dado que los pañales empapados no son ideales para las piscinas comunitarias, Morales Moreno recomienda empezar a enseñar a los niños a ir al baño en cuanto estén preparados para ello, lo que suele ocurrir en torno a los 2 años.
Márchese con buena nota
Cuando están en la piscina, a los niños les cuesta dar por terminado el día, incluso cuando están muy cansados. Si su hijo muestra signos de deshidratación o agotamiento, es hora de llevarlos. Los síntomas son boca seca, irritabilidad, mal humor, pocas ganas de ir al baño y ojos hundidos. Con un verano largo por delante, recuérdales que habrá muchos más días para divertirse en la piscina.