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Qué hacer durante y después de una convulsión

Una convulsión es una afección médica que provoca una actividad y/o movimientos corporales anormales tras una alteración repentina e incontrolada en el cerebro. La mayoría de la gente asocia las convulsiones con una enfermedad llamada epilepsia, pero se puede sufrir una convulsión incluso sin tener esta enfermedad. Las convulsiones pueden producirse tras un traumatismo craneal, un ictus o como consecuencia de determinadas infecciones y enfermedades, como la meningitis. Es importante reconocer los signos de una crisis epiléptica y saber qué hacer si usted o alguien de su entorno sufre una.

SIGNOS DE ALERTA DE UNA CRISIS CONVULSIVA

Los signos y síntomas exactos de una crisis epiléptica pueden variar de una persona a otra. Es importante ser consciente de su cuerpo para detectar los signos de una crisis lo antes posible.

Los síntomas más comunes antes de la convulsión incluyen:

  • Un sonido o tono que es siempre el mismo
  • Cambios en la audición que pueden hacerle sentir como si estuviera bajo el agua.
  • Distorsiones del entorno, como sentirse muy pequeño o muy grande en comparación con las cosas y las personas que le rodean.
  • Sentir mariposas u otras sensaciones en el estómago.
  • Déjà vu, cuando las cosas le parecen muy familiares, como si ya hubiera estado allí antes.
  • Jamais vu (lo contrario de déjà vu), cuando las cosas le parecen extrañas o desconocidas, aunque sepa que ya ha estado allí antes.

 Los niños pequeños y los bebés también pueden sufrir convulsiones, pero es posible que no sean capaces de decirle lo que ocurre. Los signos más frecuentes en niños y bebés son:

  • Dolor de estómago frecuente o repentino
  • Quejas de que las cosas saben, huelen, se sienten, se ven o suenan raras.
  • Duerme más de lo normal o se despierta confuso e irritable.
  • Movimientos de cuchilla en los bebés (sacudidas y agarres con ambos brazos)

QUÉ HACER SI DETECTA ESTOS SIGNOS

Si nota estos síntomas y cree que está a punto de sufrir un ataque, intente llegar a un lugar seguro donde no se lesione si pierde el conocimiento. Si está cerca de otras personas, dígales que cree que puede estar sufriendo un ataque para que puedan buscar señales de advertencia y ayudarle a mantenerse a salvo.

CÓMO AYUDAR A ALGUIEN QUE ESTÁ SUFRIENDO UNA CONVULSIÓN

La mayoría de las veces, una convulsión no requiere atención médica urgente. Lo mejor que puede hacer es asegurarse de que la persona esté segura, cómoda y no se lesione durante la convulsión:

  • Ayudarle a colocarse en una posición segura en el suelo o en una silla
  • Ponerle de lado
  • Aflojarle la ropa que le apriete el cuello o le impida respirar (botones, corbatas, etc.).
  • Quitarle las gafas
  • Alejarlo de objetos duros o afilados que puedan causarle lesiones, pero sólo si puedes hacerlo con seguridad.
  • Permanezca a su lado hasta que finalice la crisis.

LO QUE NUNCA DEBE HACER CUANDO ALGUIEN ESTÁ TENIENDO UN ATAQUE

Nunca coloque nada en la boca de alguien que esté experimentando una convulsión. Aunque las películas a menudo retratan que la persona puede morderse la lengua, esto es incorrecto. Evite introducir cualquier objeto en la boca, ya que esto podría empeorar la situación. Tenga en cuenta que la persona no se dará cuenta de la presencia de algo en su boca y podría tragarlo, lo que podría obstruir la garganta.

Es crucial recordar que las convulsiones generalmente duran menos de cinco minutos. Lo más importante durante este tiempo es garantizar la seguridad de la persona y tomar medidas para evitar que se golpee la cabeza.

QUÉ HACER DESPUÉS DE UNA CONVULSIÓN

La mayoría de las crisis duran entre 30 segundos y dos minutos y no requieren atención médica urgente. Sin embargo, si alguien sufre una convulsión que dura más de dos minutos, o pierde el conocimiento y no lo recupera inmediatamente después de la convulsión, debe llamar al 911 de inmediato. También es bueno conocer los signos de advertencia de otros problemas graves que requerirían atención médica inmediata.

Averigua todo lo que puedas sobre lo ocurrido durante la crisis a través de alguien que haya estado allí. Anote las convulsiones y los posibles desencadenantes:

  • Alimentos que comió
  • Actividades que realizaba
  • Medicamentos que está tomando (con o sin receta)
  • Suplementos herbales o de otro tipo que esté tomando
  • Duración de la crisis
  • Qué ocurrió durante la convulsión (movimientos espasmódicos, pérdida de conocimiento, etc.)

CUÁNDO CONSULTAR A UN NEURÓLOGO

Si sufre un ataque, es importante que se lo comunique a su médico de atención primaria. Ellos pueden ayudarle a determinar si necesita ver a un neurólogo y remitirle a un especialista si es necesario. Aunque es posible sufrir una sola crisis, el riesgo de tener otra en los dos años siguientes a la primera oscila entre el 21% y el 45%. Dependiendo de la causa de la crisis, el riesgo puede ser aún mayor.

Un especialista en neurología revisará su historial médico, le realizará un examen y utilizará una o varias herramientas y pruebas diagnósticas para determinar si necesita un tratamiento continuado o si corre un mayor riesgo de sufrir otra crisis.

MEDICACIÓN Y OPCIONES DE TRATAMIENTO PARA LAS CONVULSIONES

Existen varias opciones de tratamiento para ayudar a controlar las crisis convulsivas. Los medicamentos controlan con éxito los síntomas en aproximadamente dos tercios de las personas con convulsiones. Para quienes no responden a la medicación, también existen opciones quirúrgicas:

  • Cirugía mínimamente invasiva
  • Cirugía de ablación por láser
  • NeuroPace RNS
  • Estimulación cerebral profunda (ECP)
  • Estimulación del nervio vago (ENV)