El sol brilla y el aire fresco del invierno invita a salir al aire libre. Antes de lanzarse a la aventura invernal, tómese unos minutos para asegurarse de que está preparado. La prevención es clave para evitar la congelación, una enfermedad grave que puede provocar daños permanentes o incluso la necesidad de amputación.
Vigile de cerca su cuerpo y vuelva al interior a los primeros síntomas de que el frío le afecta a las orejas, las manos o los dedos de los pies.
"Piense en su cuerpo como si fuera una gran bolsa de agua salada", dice Courtney Lawrence, enfermera titulada y coordinadora de extensión comunitaria del Centro de Quemados de University of Utah Health. "Cuando se enfría, los tejidos de debajo de la piel empiezan a congelarse, y las células del agua salada pueden convertirse en aguanieve. Esa agua granizada se convierte en cristales de hielo, que pueden causar daño celular y afectar seriamente a su calidad de vida."
¿Qué ponerse? piense en prendas abrigadas, sueltas y secas
Si tiene previsto pasar algún tiempo al aire libre en condiciones meteorológicas extremas (temperaturas bajo cero o inferiores), asegúrese de tener en cuenta esta lista:
- Capas de ropa holgada
- Chaqueta cortaviento e impermeable
- Gorro o diadema para la cabeza que cubra totalmente los oídos
- Una mascarilla que cubra toda la cara (pasamontañas)
- Manoplas en lugar de guantes para un calor óptimo
- Calcetines que se ajusten bien y absorban la humedad
- Calzado impermeable, preferiblemente botas
Nota: Afloje los cordones. Un calzado demasiado apretado puede cortar la circulación y aumentar el riesgo de congelación.
Atención a las señales de advertencia
El tiempo apremia, así que si siente hormigueo, picor o entumecimiento, métase dentro y póngase ropa seca inmediatamente. Vigile de cerca sus extremidades y esté atento a cualquiera de estos síntomas:
Congelación de primer grado (superficial):También conocida como congelación, esta forma más leve de congelación provoca dolorosas irritaciones cutáneas caracterizadas por una zona blanca central rodeada de piel rosada.
Congelación de segundo grado (superficial): Ampollas de color claro teñidas de rosa rodeadas de una erupción de color rojo.
Congelación de tercer grado (profunda): La piel se siente congelada y dura; las heridas y ampollas aparecen de color púrpura, rojo oscuro o negro.
Nota: Acudir a urgencias a la primera aparición de ampollas, lo que significa que corre el riesgo de sufrir daños permanentes en los nervios o algo peor.
Qué no hacer
Contrariamente a lo que pueda ver en la televisión, un trago de ron no es la solución rápida que necesita para entrar en calor. He aquí otros errores comunes que pueden prolongar su dolor y sufrimiento:
Elementos eléctricos: Como es probable que tenga el cuerpo entumecido, podría quemarse utilizando elementos como almohadillas térmicas, calefactores eléctricos y secadores de cabello.
Alcohol y cafeína: La hidratación es clave, por lo que el alcohol y el café no ayudarán a su cuerpo a recuperarse. Para hidratar el cuerpo, pruebe beber té descafeinado caliente, agua o bebidas deportivas.
Un baño de vapor: Debido al entumecimiento, es posible que no se dé cuenta de que se está quemando al bañarse en agua hirviendo. En su lugar, llene una palangana con agua tibia (unos 102º F) para remojar la herida.
Frotar el cuerpo: Hacer esto puede causar más dolor porque el tejido congelado bajo la piel puede funcionar como papel de lija.
Volver al exterior: Volver al frío tras el recalentamiento puede agravar e intensificar los daños por congelación.
Cuide de sus seres queridos
Vigile el reloj cuando los niños y los mayores salgan a disfrutar del tiempo invernal. Dependiendo de las condiciones, la congelación puede producirse en cuestión de minutos, por lo que es importante extremar las precauciones.
"Los niños son más vulnerables que los adultos porque pierden calor de la piel a mayor velocidad", afirma Lawrence. "Los adultos mayores también corren riesgo porque a sus cuerpos les cuesta más regularse al frío".
Para proteger a sus seres queridos de la congelación, preste atención a las previsiones meteorológicas, sobre todo las precipitaciones y la sensación térmica, y limite su tiempo al aire libre.
Eche una mano
Además de los niños y los ancianos, las personas sin hogar son muy vulnerables a la congelación y la hipotermia. Con la entrada en vigor de la nueva ley Código Azul, varias ciudades importantes están relajando las restricciones de los refugios y abriendo más camas durante fenómenos meteorológicos extremos. Usted también puede marcar la diferencia donando ropa de abrigo a un refugio local.