La preeclampsia es una complicación grave que se produce durante el embarazo, normalmente cerca del parto, pero puede aparecer a las 20 semanas o incluso después del parto. Suele caracterizarse por hipertensión (tensión arterial alta) y presencia de proteínas en la orina.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la preeclampsia se produce aproximadamente en 1 de cada 25 embarazos en Estados Unidos.
Detectarla es fundamental
La preeclampsia puede poner en peligro la vida de la madre y el bebé, por lo que es muy importante detectarla y tratarla a tiempo para reducir las probabilidades de problemas mayores.
"Se llama preeclampsia porque se produce antes de una afección llamada eclampsia, que son convulsiones que se producen porque alguien tiene el cerebro inflamado", dice la doctora Lauren Theilen, profesora adjunta de obstetricia y ginecología en University of Utah Health. "La preeclampsia mal controlada puede tener efectos peligrosos en muchas partes diferentes del cuerpo".
Además de la eclampsia, la preeclampsia no tratada puede provocar lo siguiente:
- Derrame cerebral
- Fuga de líquido a los pulmones
- Hinchazón o desgarro del hígado
- Disfunción renal
- Bajo recuento de plaquetas
- Cardiopatía
- Disfunción o fallo de la placenta
- El bebé no recibe suficiente oxígeno
- Bajo peso al nacer
- Mortinato
Reconocer los síntomas
Las consultas prenatales periódicas son importantes para controlar la tensión arterial. Controlarla con regularidad, sobre todo al final del embarazo, es crucial para detectar la preeclampsia.
Otros síntomas son:
- Hinchazón de manos, pies y cara
- Aumento repentino de peso en uno o dos días
- Dolores de cabeza que no desaparecen con los tratamientos habituales
- Cambios en la visión, como visión borrosa o ver manchas
- Falta de aliento
- Náuseas o vómitos
- Dolor abdominal, especialmente en el cuadrante superior derecho
- Orinar menos
También es posible tener preeclampsia sin ningún síntoma.
"Es importante vigilar la tensión arterial, porque algunas personas, incluso con preeclampsia grave, pueden no notar ninguna diferencia".
Sepa si corre riesgo
Se desconoce la causa exacta de la preeclampsia, por lo que es difícil predecir con exactitud quién desarrollará preeclampsia y quién no. Sin embargo, algunos factores de riesgo la hacen más probable. Si presenta alguno de los siguientes factores de riesgo, asegúrese de comunicárselo a su equipo de atención prenatal para que puedan controlar su embarazo en función de ellos:
- Antecedentes de preeclampsia en un embarazo anterior
- Embarazo primerizo
- Hipertensión crónica
- Diabetes
- Obesidad
- Embarazo múltiple (gemelos, trillizos o más)
- Edad materna avanzada (más de 35 años)
- Antecedentes familiares de preeclampsia
- Enfermedad renal
- Trastornos autoinmunitarios, como el lupus
- Factores socioeconómicos
"Incluso las personas sin factores de riesgo a veces padecen preeclampsia, pero conocer esos factores de riesgo puede ser útil para identificar a quienes se beneficiarían de tratamientos preventivos como la aspirina", afirma Theilen. "Yo animaría a todas las embarazadas a hablar con su médico prenatal sobre si deberían tomar aspirina, porque es lo único que sabemos que reduce el riesgo de preeclampsia".
Tratamiento tras el diagnóstico
La preeclampsia puede ser moderada o grave, pero la única forma de curarla es dar a luz.
Si padece preeclampsia grave, es probable que su médico le recomiende un parto prematuro antes de las 37 semanas.
"Debido a todo lo malo que puede ocurrirles a las madres y a los bebés, a veces hay que recomendar el parto antes de lo que sería ideal", dice Theilen. "Estamos comparando los riesgos relacionados con la prematuridad con los riesgos de mortinatalidad y los principales problemas de salud materna asociados a un diagnóstico de preeclampsia".
Los casos leves de preeclampsia pueden controlarse fuera del hospital con tomas frecuentes de tensión arterial, controles del bienestar fetal y análisis de laboratorio. Los casos graves de preeclampsia deben tratarse con medicación para la tensión arterial y controles más frecuentes del bienestar materno y fetal en el hospital. El momento recomendado para el parto depende de la gravedad de la enfermedad.
Ser consciente de qué es la preeclampsia, sus signos y síntomas, y de si se tienen factores de riesgo, puede ayudar a recibir la atención prenatal adecuada para un embarazo sano.
"Las pacientes embarazadas pueden poner en conocimiento de su equipo sanitario cualquier signo o síntoma y abogar por sí mismas si sienten que algo no va del todo bien", dice Theilen. "Así podemos asegurarnos de detectar la preeclampsia y atenderla adecuadamente".