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Cinco mitos sobre la pérdida de peso

¡Pierda kilos rápidamente! ¡Congele la grasa ahora! ¡Deje de comer estos cinco alimentos!

¿Le suena?

Los mensajes a favor de la pérdida de peso están por todas partes: en vallas publicitarias y redes sociales, en reuniones familiares y en las consultas médicas. Es bien sabido que la obesidad conlleva riesgos para la salud, como diabetes, hipertensión, infartos y algunos tipos de cáncer. Es una lista que asusta. Para reducir esos riesgos, ¿quién no querría perder unos kilos?

Pero las cosas no son tan sencilla. Las ideas comunes sobre la pérdida de peso a menudo no se basan en la ciencia y pueden perjudicar activamente su salud. Estos son algunos de los mitos más comunes sobre la pérdida de peso que podrían estar frenando su avance, junto con algunos consejos para mejorar su salud de forma sostenible mientras mantiene una actitud saludable hacia el peso y la comida.

1. MITO: La única forma de estar más sano es adelgazar.

HECHO: "Adelgazar no significa automáticamente estar más sano", afirma Julia Franklin, PhD, profesora de salud y kinesiología en el COH de la U de U Health. Una mejor salud física no siempre es visible: puede significar una presión arterial más baja, un mejor control del azúcar en sangre, más energía para las tareas diarias y una mejora general de la calidad de vida. Pensar más allá de los números de la báscula, en las actividades y comportamientos que le gustaría incorporar a su rutina, puede ayudarle a promover tanto la salud mental como la física. ¿Qué le parece a usted una vida sana, activa y plena?

2. MITO: Cualquiera puede perder peso si se esfuerza lo suficiente.

HECHO: El peso no es sólo una ecuación de "calorías ingeridas, calorías consumidas", sino que también se ve afectado por muchos factores ambientales, sociales y genéticos que escapan al control individual. Incluso factores como la contaminación atmosférica y los antecedentes familiares de inseguridad alimentaria pueden afectar al modo en que nuestro organismo metaboliza los alimentos. Perder peso y no recuperarlo es la excepción, no la regla. Pero todo el mundo puede tomar decisiones saludables para mejorar su bienestar y sentirse más sano.

3. MITO: Hacer dieta es la mejor manera de perder peso.

HECHO: Las dietas de moda, como la dieta del jugo de apio y otras desintoxicaciones y limpiezas, conllevan graves riesgos para la salud y tienden a ser ineficaces a largo plazo. Las dietas excesivamente restrictivas en calorías pueden provocar carencias de nutrientes, mala salud óseamenos energía para realizar una actividad física saludable. Y la mayoría de las personas que pierden peso rápidamente acaban recuperándolo, lo que puede conducir a un ciclo poco saludable de aumento y pérdida rápida de peso. En lugar de seguir dietas sin supervisión, quienes deseen perder peso deberían consultar a un dietista titulado para adoptar un enfoque supervisado y respaldado por la evidencia científica, recomienda Kary Woodruff, PhD, RD, profesora de nutrición y fisiología integrativa en la Facultad de Salud (COH) de la Universidad de Utah Health 

4. MITO: Puede avergonzarse a sí mismo o a los demás para perder peso.

HECHO: Avergonzar sobre el peso es contraproducente y causa daños físicos. "El estigma del peso es el mensaje de que el peso corporal de alguien no es aceptable, de que necesita ser más pequeño para estar más sano", explica Woodruff. La experiencia del estigma del peso -independientemente del peso real de la persona- provoca estrés crónico y se asocia a una peor regulación del azúcar en sangre, inflamación, problemas metabólicos y comportamientos poco saludables como evitar el ejercicio.

5. MITO: Ponerse más saludable va a doler.

HECHO: Los cambios de comportamiento saludables son los que se pueden mantener a largo plazo, lo que significa que funcionan mejor cuando son agradables. En lugar de elegir un régimen de entrenamiento basado en lo que quema más calorías, es más importante mover el cuerpo de forma que se sienta bien, como ir a bailar o montar en bicicleta con los niños. 

Del mismo modo, en lugar de intentar eliminar los alimentos "malos" (y sabrosos) de la dieta, Franklin y Woodruff recomiendan comer más de los alimentos que pueden apoyar los objetivos de salud, como frutas y verduras, sin dejar de disfrutar de otros alimentos con moderación. "¿Qué puedo hacer en mi día que me aporte alegría? recomienda Franklin.  "Reconozca que la comida y la actividad física forman parte de ello".

Estas actitudes hacia la nutrición que tienen en cuenta el peso contradicen los mensajes negativos sobre el peso y la silueta que están omnipresentes en la vida moderna. Pero adoptar un enfoque positivo respecto al cuerpo puede mejorar su salud y la de quienes le rodean. Encontrar un médico que tenga en cuenta el peso es crucial, afirma Woodruff. También anima a los profesionales sanitarios que no estén familiarizados con la atención médica que tenga en cuenta el peso a que sientan curiosidad y empiecen a aprender a atender mejor el cuerpo y las necesidades únicas de cada paciente.

Para sustituir las actitudes que avergüenzan del peso por una perspectiva más positiva, Franklin y Woodruff recomiendan pasar tiempo con compañeros con objetivos similares, evitar comparar el propio cuerpo con el de los demás y hablar con un profesional de la salud mental si los problemas de imagen corporal afectan a la calidad de vida.

Aunque cambiar de actitud es importante, no es fácil. "La autoaceptación no llega en un chasquido de dedos", dice Franklin. "Sea amable consigo mismo y reconozca que se trata de un viaje en el que está embarcado". 

Woodruff añade: "Cuando sabemos que es un trabajo duro, podemos esperar que va a ser un proceso. Podemos arremangarnos y poner manos a la obra".

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