En el verano de 2021, el mundo aprendió una gran lección sobre los atletas olímpicos y la salud mental cuando Simone Biles, gimnasta ganadora de una medalla de oro, abandonó la competición. Más tarde, compartió sus problemas mentales y envió un poderoso mensaje al público: No pasa nada por no participar, aunque esté en juego una medalla de oro.
"Cuando atletas de alto perfil como Simone Biles hablan, ayuda a mostrar la realidad del atleta-la persona real detrás del atleta", dice France A. Davis II, MSPAS, PA-C, un clínico líder de práctica avanzada en el Instituto Huntsman de Salud Mental (HMHI por sus siglas en inglés). "Esto es con lo que la gente quiere conectar y lo que impulsa una conexión más estrecha entre los atletas y los aficionados".
Mientras vemos los Juegos Olímpicos de verano, es importante recordar que estos inspiradores atletas afrontan muchos problemas de salud mental mientras llevan sus cuerpos y mentes al límite.
Los olímpicos también son humanos
No cabe duda: Es increíble ver a los atletas olímpicos. Sin embargo, a pesar de sus habilidades aparentemente sobrehumanas, tienen las mismas necesidades sanitarias y vulnerabilidades que el resto de nosotros.
"No son diferentes de lo que uno podría considerar una 'persona normal', salvo por el hecho de que se encuentran entre el 1-5% de los mejores atletas del mundo en su deporte específico", afirma Davis.
Para lograr un rendimiento óptimo, Davis aconseja a los deportistas que incorporen a su rutina diaria estos hábitos de vida saludables básicos pero muy eficaces:
- Siga una dieta equilibrada
- Manténgase hidratado
- Duerma lo suficiente
- Juegue a juegos que estimulen la mente
- Lleve un diario y lea
- Practique yoga y mindfulness
"Estos deportistas deben asegurarse de que cuidan su mente y su cuerpo incorporando a su régimen diario el concepto de 'alimento cerebral' (hábitos que aumentan la productividad cognitiva y emocional)", afirma Davis.
Estrategias mentales previas al partido
Al ver primeros planos de atletas olímpicos en la gran pantalla, uno se pregunta qué deben estar pensando justo antes de dar esa gran voltereta o zambullirse en la piscina. Según Davis, los atletas pueden tomar varias medidas para tranquilizarse antes y durante esos momentos de gran presión.
- Visualización: Los deportistas pueden ganar confianza y aliviar la ansiedad ensayando mentalmente una actuación. Esto puede hacerse cerrando los ojos e imaginando una visión general con un resultado victorioso o una progresión paso a paso de principio a fin.
- Fijación de objetivos: Esta estrategia ayuda a los deportistas a mantenerse centrados, motivados y positivos. Antes de la competición, los deportistas utilizan la fijación de objetivos para dividir los grandes objetivos en pasos manejables y factibles. Durante la competición, pueden centrarse en un objetivo específico alcanzable que les rete a alcanzar su máximo potencial.
- Técnicas de relajación: Cuando están bajo presión, los deportistas pueden afrontar las dudas y la ansiedad practicando técnicas sencillas de relajación, como la autoconversación positiva, los ejercicios de respiración profunda, la relajación muscular progresiva, la visualización y la terapia de sonido.
Las luchas invisibles de los estudiantes-deportistas
La práctica hace al maestro, y por eso los atletas olímpicos pasan la mayor parte de sus horas de vigilia entrenando. Esta carga de trabajo es aún más desalentadora para los estudiantes-atletas, que tienen poco o ningún margen para conciliar la vida laboral y familiar.
"A diferencia de los atletas que se centran únicamente en su deporte, los estudiantes-deportistas tienen que hacer malabarismos con los horarios escolares y el trabajo, además de entrenar y competir", afirma Davis. "También tienen que lidiar con la presión de las expectativas sociales de sus compañeros mientras intentan construir su identidad social".
Davis dice que es importante que los estudiantes-atletas sean conscientes de sus desafíos únicos y busquen ayuda cuando se sientan abrumados.
"La presión para ganar becas, obtener la admisión a la universidad, o incluso la transición a los deportes profesionales puede ser extremadamente abrumadora", dice Davis. "Todos estos desafíos pueden conducir a problemas de sueño, agotamiento, bajo rendimiento académico e incapacidad para mantener el máximo rendimiento deportivo".
Cambiar la conversación sobre la fortaleza
Ahora que cada vez más deportistas comparten su vulnerabilidad en relación con la salud mental, Davis afirma que ha llegado el momento de cambiar el discurso sobre la fortaleza mental.
"No me gusta la expresión 'fortaleza mental', ya que implica que los deportistas no pueden sentir o expresar ciertas emociones naturales. Creo que debería cambiarse por 'agilidad emocional competitiva', que se refiere a la capacidad de un atleta para adaptar rápidamente sus respuestas emocionales a situaciones dinámicas de alta presión en el deporte".
La comprensión del arte de la inteligencia emocional en el deporte, también conocido como "Deportes IE, o EI por sus siglas en inglés," puede ser un cambio de juego, dice Davis - especialmente cuando los atletas están constantemente bajo presión para empujar a través del dolor físico y emocional para mostrar su "espíritu olímpico."
"Soportar el dolor, ignorar las lesiones o reprimir las emociones durante largos periodos de tiempo puede hacer que un deportista estalle de una forma que tenga consecuencias negativas tanto en su vida como en su rendimiento, todo ello en nombre de la ''fortaleza''", afirma Davis.
CUANDO EL "AMOR SEVERO" SE VUELVE TÓXICO
Los malos entrenadores pueden hacer mucho daño, sobre todo cuando los deportistas profesionales pasan más tiempo entrenando que en casa con sus seres queridos. He aquí algunas señales de alarma a tener en cuenta:
- Abusos verbales, como insultos y humillaciones en público.
- Presionar a un deportista para que compita o entrene mientras está lesionado y hacer caso omiso de su necesidad de descanso.
- Descuidar las preocupaciones o necesidades de salud mental de un deportista.
- Crear un ambiente deportivo tóxico mostrando favoritismo y un trato preferente injusto.
- Fomentar un ambiente de miedo y desalentar la comunicación abierta.
El poder de expresarse
En el futuro, Davis espera que más deportistas utilicen sus plataformas para compartir sus historias y ayudar a otros a sentirse menos aislados.
"Es importante que estas personas hablen porque rompe el muro del estigma que rodea el tema de la salud mental y normaliza la lucha", afirma Davis. "Como dice el refrán, es normal no estar bien. Esto puede resonar aún más cuando viene de un atleta de alto perfil".