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La exposición al cannabis se asocia a un riesgo 1,5 veces mayor de embarazos poco saludables

Contacto de Prensa:

Nayeli Hernández
Spanish-Language Communications Specialist, Public Affairs, University of Utah Health
Email: Nayeli.Hernandez@hsc.utah.edu

En los últimos diez años, el porcentaje de estadounidenses que consumen marihuana medicinal se ha más que duplicado a medida que la legalización a nivel estatal se hace cada vez más común. Pero a pesar de su prevalencia como medicamento, aún se desconocen todos los efectos del cannabis sobre la salud, especialmente en poblaciones específicas -como las embarazadas- que podrían correr un riesgo especial de sufrir complicaciones de salud.

Ahora, en un amplio estudio de más de 9.000 embarazadas de todo EE.UU., los investigadores de University of Utah Health han descubierto que la exposición al cannabis durante el embarazo se asocia a una medida compuesta de resultados poco saludables del embarazo, especialmente el bajo peso al nacer, y que una mayor exposición se asocia a mayores riesgos.

En comparación con la mayoría de los estudios anteriores, este estudio fue más amplio y midió la exposición al cannabis con mayor precisión, lo que permitió a los investigadores distinguir los efectos del cannabis en sí de los causados por otras condiciones de salud correlacionadas. La investigación se publica en línea el 12 de diciembre en JAMA.

"El consumo de cannabis no es seguro", afirma el doctor Robert Silver, catedrático de obstetricia y ginecología de U of U Health y último autor del estudio. "Aumenta el riesgo de complicaciones en el embarazo. Si es posible, no se debe consumir cannabis durante el embarazo".

Los investigadores se vieron impulsados a responder a esta pregunta en parte por las respuestas contradictorias que muchas personas encuentran cuando intentan informarse sobre las repercusiones del consumo de cannabis en la salud. "Hay tanta información por ahí -canales de discusión y medios de comunicación social y en Internet- sobre el consumo de cannabis y el embarazo", explica la doctora Torri Metz, vicepresidenta de investigación de obstetricia y ginecología de U of U Health y autora principal del estudio. "Creo que a los pacientes les cuesta entender qué es lo que debería preocuparles, si es que debería preocuparles algo".

Descubrimiento de nuevos riesgos

De hecho, algunos estudios anteriores sobre el tema no encontraron ninguna relación entre el consumo de cannabis y las complicaciones del embarazo. Uno de los obstáculos a los que se enfrentan estas investigaciones, según Metz, es que existen "muchas diferencias entre las características de base de las personas que consumen y las que no consumen cannabis durante el embarazo. Hay distintos índices de ansiedad y depresión". Estas diferencias también pueden influir en los riesgos del embarazo, lo que hace difícil averiguar las consecuencias relacionadas específicamente con el consumo de cannabis. 

La amplia población del estudio, que incluía participantes de ocho centros médicos de todo EE.UU., permitió a los investigadores abordar esta cuestión. Al poder comparar los resultados del embarazo de tantas participantes, 610 de las cuales tenían niveles detectables de exposición al cannabis, los investigadores pudieron desligar estadísticamente los efectos del consumo de cannabis de muchos otros factores, como los problemas de salud preexistentes, la exposición a la nicotina y la situación socioeconómica.

Los científicos descubrieron que la exposición al cannabis estaba asociada con un aumento de 1.3 veces en el riesgo después de eliminar los efectos de otros factores. Los mayores niveles de exposición al cannabis a lo largo del embarazo se asociaron a mayores riesgos.

Una característica distintiva del estudio fue la forma en que los investigadores midieron la exposición al cannabis. Mientras que en otros estudios se había pedido a los participantes que informaran de su propio consumo de cannabis (lo que se ha demostrado que subestima dos o tres veces la tasa real de consumo), los científicos midieron los niveles de un subproducto metabólico del cannabis en las muestras de orina de los participantes, lo que proporcionó mediciones más precisas de la exposición al cannabis.

Dr. Torri Metz, lead author on the study, takes an ultrasound of a pregnant person's belly.
Torri Metz, autora principal del estudio, realiza una ecografía del vientre de una embarazada.

Preguntas abiertas

Para evaluar las repercusiones en el embarazo, los investigadores analizaron un conjunto de resultados sanitarios negativos, como el bajo peso al nacer, la hipertensión relacionada con el embarazo, la muerte fetal y el parto prematuro por indicación médica. De todos ellos, la asociación entre el consumo de cannabis y el bajo peso al nacer fue la más fuerte. Todas estas afecciones se han relacionado con una menor función de la placenta, que suministra oxígeno y nutrientes al bebé en crecimiento. 

Aunque este tipo de estudio no puede determinar por qué el cannabis se asocia a resultados negativos en el embarazo, estudios anteriores en primates no humanos han descubierto que la exposición prolongada al cannabis puede interferir en el riego sanguíneo de la placenta. La correlación observada por Metz y sus colegas sugiere que el cannabis puede alterar la placenta humana de forma similar. 

Silver añade que el mayor riesgo observado en los niveles más altos de exposición es especialmente preocupante dada la gran cantidad de THC que se encuentra en los productos de cannabis más nuevos, productos que apenas empezaban a estar disponibles entre 2010 y 2014, cuando se recogieron los datos del estudio. Los efectos sobre la salud de estos productos más concentrados siguen siendo en gran medida desconocidos.

Los investigadores instan a las personas que estén pensando en consumir cannabis durante el embarazo a tener una conversación abierta con su médico. Aunque las embarazadas pueden recurrir al cannabis para aliviar las náuseas o la ansiedad, se ha demostrado que otros remedios son seguros. "Hay muchísimas razones por las que la gente consume cannabis", afirma Silver. "Pero puede haber terapias alternativas que ayuden a mitigar los síntomas".

Silver subraya que se necesita con urgencia seguir investigando sobre las repercusiones del cannabis en la salud para que los pacientes puedan tomar decisiones informadas sobre su salud. "Mientras haya seres humanos interesados en consumir este producto", dice, "debemos evaluar los efectos sobre la salud, tanto buenos como malos, con la mayor precisión posible, y proporcionar esa información a la gente."

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La investigación se publicó con el título "Cannabis Exposure and Adverse Pregnancy Outcomes Related to Placental Function" y se llevó a cabo en colaboración con investigadores de ARUP Laboratories, la Universidad de California, Irvine, la Universidad Estatal de Ohio, la Universidad de Indiana, la Universidad Case Western Reserve, la Universidad de Pensilvania, la Universidad de Columbia, la Facultad de Medicina de Virginia Oriental y la Universidad de Pittsburgh.

Los Institutos Nacionales de la Salud y el Centro de Ciencias Clínicas y Traslacionales prestaron su apoyo.