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Cómo entender los partos por cesárea: Cuándo son necesarias y cómo recuperarse

Dar a luz no es nada fácil, independientemente de cómo nazca el bebé. Existe un estigma en torno a los partos por cesárea, que supone erróneamente que son la solució«cil», pero eso es simplemente falso. Las cesáreas son cirugías abdominales mayores que requieren un tiempo de recuperación más largo que un parto vaginal, y las razones para practicarlas varían desde urgencias médicas hasta precauciones para mantener a salvo a la madre y al bebé.

En un parto por cesárea, el bebé nace quirúrgicamente a través de incisiones practicadas en el abdomen y el útero de la madre. En Estados Unidos, alrededor del 31% de los nacidos vivos son por cesárea.

Cuándo es necesaria una cesárea

"La razón más común por la que hacemos una cesárea programada es que la mamá haya tenido una cesárea previa en uno de sus embarazos anteriores", dice la doctora Susan Dalton, especialista en obstetricia y ginecología de University of Utah Health. "Pero hay casos en los que hacemos cesáreas no urgentes porque creemos que un parto vaginal sería menos seguro que una cesárea para la mamá o el bebé".

Emergencias

Hay algunos casos en los que su médico puede determinar que el parto inmediato por cesárea es necesario para su seguridad o la de su bebé

  • Sufrimiento fetal: Si su bebé tiene una frecuencia cardiaca baja o inusual, puede significar que está sufriendo y que es necesario atender su parto inmediatamente.

  • Hemorragia materna: Una hemorragia importante puede provocar un descenso de la tensión arterial materna y poner en peligro la vida de la madre. 

  • Problemas con la placenta o el cordón umbilical: El desprendimiento prematuro de placenta, que se produce cuando la placenta se desprende de la pared del útero, o el prolapso del cordón umbilical, que se produce cuando el cordón sale del cuello uterino por delante del bebé, son complicaciones graves que requieren atención inmediata

  • Rotura uterina: Se produce cuando la pared uterina se desgarra. Puede poner en peligro su vida y la del bebé. 

Emergencias no planificadas

A veces, una paciente embarazada puede tener una cesárea no planificada que sigue siendo urgente, pero que no es una emergencia que ponga en peligro su vida. Por ejemplo: 

  • Parto prolongado: Estar de parto durante más de 24 a 48 horas sin que apenas progrese puede provocar sufrimiento fetal y materno. Casi un tercio de las cesáreas se deben a que el parto no progresa.

  • Contracciones débiles: Si las contracciones no son lo bastante fuertes, es posible que le administren un medicamento como Pitocin para reforzarlas. Si el parto sigue sin progresar tras varias horas de trabajo de parto activo, es probable que se plantee la opción de la cesárea.

Cesáreas programadas

Hay razones por las que una cesárea puede ser médicamente necesaria para algunas pacientes y puede planificarse con antelación, entre ellas:

  • El bebé viene de nalgas: Los bebés suelen colocarse de cabeza antes de la semana 37 de gestación, pero a veces siguen de nalgas cuando empieza el parto. Esto significa que están colocados con las nalgas o los pies por delante. La cesárea es la forma más segura de dar a luz a un bebé de nalgas para evitar complicaciones en un parto vaginal, como que el bebé se quede atascado en el canal del parto. 

  • Está embarazada de múltiples: Si está embarazada de gemelos, trillizos o más, es más probable que le practiquen una cesárea. Dos o más bebés siempre se consideran de alto riesgo, y aproximadamente el 50% de los embarazos gemelares nacen por cesárea.

  • Placenta previa: Si la placenta cubre la abertura del cuello uterino, siempre se recomienda una cesárea. 

  • Problemas médicos de la madre: Las infecciones activas en la madre, como el herpes o el VIH, podrían transmitirse al bebé durante un parto vaginal. 

  • Cesáreas anteriores: Aunque el parto vaginal después de una cesárea (PVDC) es posible, a veces no se recomienda. Si la incisión uterina de la cesárea anterior era vertical o en forma de T, intentar un PVDC supone un riesgo de rotura uterina, que es una urgencia.

"Hablaremos a fondo con la paciente sobre la posibilidad de intentar un PVDC (parto vaginal después de cesárea) con éxito", dice Dalton. "Pero es importante tener expectativas realistas al iniciar el trabajo de parto y el parto, porque tener cesáreas previas puede hacer que un parto vaginal sea de más alto riesgo”.

Recuperación tras la cesárea

Recuerde que una cesárea es una cirugía abdominal mayor y que necesitará más tiempo para recuperarse, tanto física como mentalmente.

"Después de una cesárea, les digo a las pacientes que se sientan casi como antes en torno a la cuarta semana de posparto", dice Dalton. "Esa primera semana suele ser la más incómoda con la incisión, y las pacientes pueden ponerse nerviosas al moverse un poco. Pero mover el cuerpo favorecerá una cicatrización más eficaz y el alivio del dolor a largo plazo."

Traer un bebé al mundo no es poca cosa, se haga como se haga. Aunque tenga la sensación de que debe centrar toda su atención en cuidar de su recién nacido, también es importante que cuide de sí misma después de una cesárea.

Haga lo siguiente para favorecer su curación y recuperación:

  • Descansar: Descansar con un recién nacido puede parecer una tarea imposible, pero es importante para la recuperación de su cuerpo aprovechar cualquier oportunidad para descansar que pueda. Durante las dos primeras semanas después del parto, evite levantar objetos más pesados que su bebé. Si tienes amigos o familiares que puedan ayudarle con las tareas domésticas o a sostener al bebé mientras duerme la siesta, déjeselo a ellos. 

  • Control del dolor: El dolor en el lugar de la incisión es frecuente y puede tratarse con medicamentos recetados por el médico o con analgésicos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol. 

  • Cuidados de la incisión: Es probable que reciba instrucciones de su equipo médico sobre cómo cuidar el lugar de la incisión antes de abandonar el hospital. Asegúrese de buscar signos de infección, como pérdida de líquido, hinchazón, cambios de color o fiebre. 

«Si tiene pensamientos de desesperanza o pensamientos depresivos o está luchando con sentimientos de arrepentimiento o decepción por el proceso de parto, hablar con un terapeuta desde el principio es definitivamente mejor", dice Dalton. "No tienes que esperar ningún tiempo para pedir ayuda”.