Si su hijo está luchando contra la obesidad y los problemas de salud mental asociados a ella, usted puede capacitarle para alcanzar y mantener un peso saludable al tiempo que aumenta su confianza en sí mismo. Animar a su hijo a adoptar hábitos alimentarios beneficiosos y a limitar la elección de alimentos ricos en calorías es un buen comienzo. Además, ayúdele a mantenerse físicamente activo, a reducir el tiempo que pasa frente a la pantalla y a dormir lo suficiente.
Desarrollar hábitos alimentarios saludables
Hablar de nutrición y de la importancia de una alimentación equilibrada para la salud física, emocional e intelectual puede ayudar a su hijo a conocer sus opciones. Los consejos para una alimentación saludable incluyen aprender sobre las recomendaciones dietéticas, las fuentes de nutrientes de los alimentos y las relaciones entre la dieta y la enfermedad.
El desarrollo de buenos hábitos alimentarios debe enfocarse como un cambio de estilo de vida familiar. La doctora Rachele McCarthey, psiquiatra ambulatoria de la Clínica de Salud Mental del Instituto Huntsman, señala que si los padres piden a sus hijos que coman mejor o que eviten ciertos alimentos, todos los miembros de la familia deben hacerlo también. "Puede ser devastador que otros miembros de la familia coman golosinas o comida basura", dice McCarthey, que también es profesora adjunto de la División de Psiquiatría Infantil y Adolescente en University of Utah Health.
El objetivo para los niños con sobrepeso es reducir la tasa de aumento de peso, permitiendo al mismo tiempo un crecimiento y desarrollo normales. Los niños no deben someterse a una dieta de reducción de peso sin consultar al médico.
Fomentar la actividad física
Los padres deben demostrar que la actividad física regular puede ser divertida y tiene muchos beneficios para la salud, como el fortalecimiento de los huesos, la disminución de la presión arterial, la ayuda para controlar el peso, la reducción del estrés y la ansiedad y el aumento de la autoestima.
La Academia Americana de Pediatría informa que la estigmatización de las personas con obesidad está muy extendida y causa daños. El acoso y las burlas a los niños obesos contribuyen a la disminución de la actividad física, los atracones, el aislamiento social, la evitación de los servicios sanitarios y el aumento de peso, lo que empeora la obesidad y crea barreras adicionales para el cambio de comportamiento saludable. McCarthey recomienda que los padres busquen terapia y tengan un plan de seguridad antes de trabajar en los problemas de peso si un niño tiene pensamientos suicidas.
Reducir el tiempo sedentario, incluido el tiempo de pantalla
Los padres deben limitar el tiempo que los niños ven la televisión, juegan a los videojuegos o participan en las redes sociales a no más de dos horas al día.
El Child Mind Institute habla de los efectos adversos de las redes sociales cuando la confianza del niño está por los suelos y recomienda a los padres que tomen las siguientes medidas para garantizar una participación saludable en las redes sociales:
- Céntrese en el equilibrio insistiendo en la importancia de participar en interacciones sociales en persona y de dedicar tiempo a actividades que ayuden a construir la identidad y la confianza en sí mismo.
- Destaque las ventajas de desactivar las notificaciones animando a su hijo a evitar las aplicaciones que le envían notificaciones continuamente y le distraen de actividades significativas.
- Enseñe a su hijo a utilizar las redes sociales de forma consciente, ayudándole a darse cuenta de cuánto tiempo pasa en ellas y de cómo pueden hacerle sentir estresado o infeliz.
- Modele la moderación y el equilibrio en sus propios hábitos de uso de las redes sociales disfrutando de un tiempo en familia sin interrupciones en las redes sociales.
- Imponga el tiempo libre de teléfono antes de dormir designando los dormitorios como zonas libres de teléfono.
Garantizar un sueño adecuado
Es posible que note que su hijo deja de dormir para hacer los deberes, ver la televisión o consultar las redes sociales. Si no duermen lo suficiente y de forma regular, los niños pueden correr un mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes de tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, problemas de salud mental e incluso una muerte prematura.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), dormir poco está asociado a la obesidad, en parte porque un sueño inadecuado nos hace comer más y ser menos activos físicamente. Los niños necesitan dormir más que los adultos, y la cantidad varía según la edad.
Planificar los cambios en el estilo de vida de la familia
McCarthey dice que los padres deben involucrar a sus hijos en el plan familiar de cambios en el estilo de vida. Los padres pueden centrarse en los aspectos relacionados con la salud, hablar del futuro y hacer hincapié en la necesidad de que los niños cuiden de su cuerpo para mantenerse sanos -física y mentalmente- durante toda la vida adulta.